El Hospital de Bellvitge ha transformado todos los boxes en salas multisensoriales para tratar de paliar los delirios y el síndrome post-UCI
Redacció TV3; 22/03/2023 –
El uso más conocido y extendido de la terapia multisensorial es con personas con discapacidad intelectual o física, y ahora se extiende a la mejora y humanización de las UCI. El Hospital de Bellvitge ya ha empezado a evaluar los beneficios de la iniciativa, financiada con fondos europeos, que supone un cambio de paradigma de una UCI cerrada a una UCI abierta, donde además de las funciones vitales se cuida la parte emocional y social del paciente.
Es sabido que durante el ingreso los pacientes pueden sufrir delirios transitorios, y una vez salen, entre un 30% y un 50% tendrán el síndrome post-UCI. Se trata del conjunto de síntomas físicos, cognitivos y emocionales provocados por el ingreso y que conllevan un deterioro significativo de la calidad de vida después del alta. Como explica el doctor Francesc Esteve, jefe de Medicina Intensiva del ‘Hospital de Bellvitge, es como «un síndrome de estrés postraumático…”
El hospital de Bellvitge ha dado un paso pionero en este sentido: ha dotado a los 64 boxes de las UCI de tecnología multisensorial para mejorar la rehabilitación funcional y cognitiva de los pacientes. Se trata de experiencias sensoriales que ofrecen infinitas posibilidades de interacción en función de las necesidades individuales del paciente. Con diferentes elementos sensoriales –luces, proyecciones, sonidos, vibraciones–, las UCI pueden convertirse en un bosque, el mar, una nave, una tranquila vida nocturna, o incluso visualizar fotografías personales de los pacientes, de viajes y de recuerdos, para generar experiencias inmersivas adaptadas.
Entre otros beneficios, este sistema ayuda a no perder la noción del tiempo y a mantener el ritmo circadiano de los pacientes que están mucho tiempo ingresados, con distintos niveles de luz y música. O puede utilizarse como terapia para conseguir resultados en su estado de salud, como reducir el dolor. También se utilizará esta tecnología para aplicar técnicas protocolizadas de estimulación cognitiva para trabajar diferentes funciones como la percepción, orientación, razonamiento, memoria y orientación espacial y temporal.
Todo el personal de enfermería, de fisioterapia y la nueva figura que se ha incorporado, el terapeuta ocupacional, conocen todas las posibilidades y pueden aplicarlas en función de las necesidades. Como indica Maria Miñana, una de las nuevas terapeutas ocupacionales de Bellvitge: «Lo que nosotros intentamos es reducir las secuelas y recuperar al máximo las capacidades para que el paciente pueda salir lo mejor y lo más autónomo o independiente posible.»