Medicamentos para niños con textura de gominola e impresos en 3D: ensayo en Hospital Vall d’Hebron

Fuente: TV3; Redacción31/01/2023

Este primer ensayo clínico con un fármaco impreso en 3D es pionero en Europa y se realiza en el ámbito pediátrico fruto de la colaboración entre el Servicio de Farmacia del Hospital Vall d’Hebron, la Universidad de Santiago de Compostela y la empresa FabRx.

Elaborar los medicamentos de manera similar a una gominola y con dosis exacta tiene varias ventajas, sobre todo en niños como explica María José Cabañas, jefa de la Sección de Farmacia del Hospital Infantil y Hospital de la Mujer del Hospital Vall d’Hebron e investigadora del grupo de Farmacia Básica, Translacional y Clínica del Vall d’Hebron Instituto de Investigación (VHIR): evita posibles errores con la dosis administrada, porque «hasta ahora las familias deben dosificar el fármaco, midiendo el volumen de jarabe», puede mejorar además la efectividad del cumplimiento del tratamiento y, frente a los jarabes que a veces pueden tener un gusto desagradable, “ hemos trabajado para que los medicamentos impresos tengan un gusto que enmascare el principio activo». “Puede variarse el color, el gusto y el olor de las nuevas formas farmacéuticas impresas», remarca Cabañas. «De esta forma, el niño puede elegir cuál es la forma farmacéutica que más le gusta y la que tolera mejor.»

Oros beneficios son: mayor facilidad para transportar y conservar los medicamentos, porque no necesitan nevera, lo que puede favorecer la toma de la medicación fuera de casa y también puede ser útil en adultos en los casos en los que es necesario ir ajustando la dosis y también para los pacientes que necesitan mucha medicación, porque la gominola podría incluir distintos fármacos juntos. También podría ayudar a medicarse a los pacientes con problemas de deglución, porque las gominolas tienen una consistencia semisólida que permite que sea masticable.

Este ensayo clínico, que empezará en las próximas semanas, se realizará durante seis meses con una treintena de niños y adolescentes de entre 6 y 18 años.

Cabañas considera que la impresión 3D podría revolucionar la administración de medicamentos, «tanto en los servicios de farmacia de los hospitales, como en las oficinas de farmacia comunitarias, en las que podremos formular medicamentos con las dosis que necesitan los pacientes».