Dr. Antonio J. Conde Moreno
Jefe de Servicio de Oncología Radioterápica
Hospital Universitario y Politécnico La Fe, Valencia
Profesor Asociado de la Facultad de Medicina de la Universidad de Valencia
Profesor Asociado de Oncología del CEU-UCH Valencia
Coordinador de la Plataforma Multidisciplinar de Protonterapia de SEOR (SPromp)
La protonterapia se está consolidando como una de las tecnologías más avanzadas y prometedoras en el tratamiento del cáncer, destacándose por su alta precisión y su capacidad para minimizar el daño a los tejidos sanos. Esta técnica de radioterapia utiliza protones en lugar de rayos X convencionales, lo que permite un control más específico sobre la dosis de radiación administrada. Gracias a su característico efecto físico, el Pico de Bragg, la radiación con protones se detiene drásticamente en un punto determinado, no habiendo dosis más allá del mismo. Como resultado, se reduce significativamente la exposición de las estructuras sanas a la radiación, un factor crítico en la atención oncológica, especialmente para poblaciones vulnerables como los pacientes pediátricos y los adultos jóvenes.
A pesar de los costos asociados a su implementación, la adopción de la protonterapia ha crecido de manera notable en los últimos 15 años. Actualmente, hay más de 128 centros de protonterapia activos en todo el mundo, con 46 de ellos ubicados en Estados Unidos. Desde 2006, el número de pacientes tratados ha aumentado drásticamente, alcanzando más de 312,000 hasta mayo de 2023. Este crecimiento no solo refleja un aumento en la aceptación de la protonterapia como una opción viable y efectiva, sino también un compromiso global hacia la innovación en el tratamiento del cáncer.
En España, el impulso hacia la protonterapia es aún más palpable, con la actual implantación de 11 nuevas unidades en el sistema público de salud, 10 de ellas gracias a la donación de la Fundación Amancio Ortega. Este desarrollo se produce en un contexto donde la investigación y la evidencia sobre la eficacia de la protonterapia continúan creciendo. Desde 2010, se han revisado más de 120 estudios clínicos que han analizado a más de 30,000 pacientes con diversos tipos de cáncer. Los resultados de estos estudios han sido alentadores, sugiriendo que la protonterapia puede ofrecer beneficios clínicos significativos, especialmente cuando se combina con otros tratamientos, en lo que se conoce como enfoques multimodales.
Los últimos años han visto un auge en el número de ensayos clínicos relacionados con la protonterapia, con 484 estudios registrados en la base de datos clinicaltrials.gov. Este aumento del 10% en solo dos años resalta la creciente investigación en torno a la protonterapia, en particular para cánceres del sistema nervioso central, próstata, gastrointestinal, pulmón, cabeza y cuello, y mama. La protonterapia se recomienda especialmente en la población pediátrica, donde la protección de tejidos sensibles es esencial para preservar el desarrollo y la calidad de vida de los pacientes más jóvenes.
Uno de los aspectos más destacados de la protonterapia es su capacidad para reducir la exposición a la radiación en dosis incluso bajas. Diversos estudios han documentado resultados positivos, como la preservación de la función neurocognitiva en pacientes pediátricos, una mejor tolerancia hematológica y una disminución de los casos de toxicidad severa. Estas ventajas son particularmente relevantes en el tratamiento de tumores que requieren re-irradiación, donde la protonterapia se presenta como una opción valiosa, mejorando la calidad de vida de los pacientes que han sido sometidos a tratamientos previos.
Mirando hacia el futuro, la protonterapia en España se beneficiará enormemente de la donación de 10 unidades al sistema de salud pública por parte de la Fundación Amancio Ortega. Esta inversión no solo incrementa la disponibilidad de tecnología avanzada, sino que también fomenta la investigación sobre su uso óptimo y su implementación en la práctica clínica. La colaboración entre profesionales de la salud es fundamental para garantizar que esta tecnología se utilice de manera eficaz, enfocándose en la eficiencia y la innovación en los tratamientos.
La Sociedad Española de Oncología Radioterápica (SEOR) está comprometida con la actualización periódica de la evidencia sobre el uso de la protonterapia, facilitando su acceso a pacientes que podrían beneficiarse. En este sentido, están trabajando en la elaboración de nuevos criterios para clasificar las indicaciones de protonterapia, dividiéndolas en categorías de «recomendadas», «recomendables» y «en desarrollo». Esta categorización es crucial para asegurar que los tratamientos sean los más adecuados y efectivos, maximizando así los beneficios clínicos para los pacientes.
En esta línea y dado que en España estarán más del 25% de los centros de protonterapia de Europa, se está trabajando en desarrollar una red asistencial y de registro de datos clínicos y dosimétricos, que permitan optimizar este recurso y avanzar en el conocimiento de sus beneficios.
Además de su uso en oncología pediátrica, la protonterapia ha demostrado ser eficaz en el tratamiento de varios tipos de cáncer en adultos. La American Society of Radiation Oncology (ASTRO) valida la protonterapia para diversas indicaciones, incluidos tumores benignos y malignos del sistema nervioso central, hepatocarcinoma, sarcomas retroperitoneales y cáncer de cabeza y cuello. Estos hallazgos subrayan el potencial de la protonterapia como una opción de tratamiento preferida en situaciones clínicas complejas.
Un aspecto a considerar es que la protonterapia no solo se limita a la administración de tratamiento, sino que también abre la puerta a la investigación en nuevos protocolos terapéuticos. La combinación de protonterapia con otras modalidades de tratamiento, como la quimioterapia y la inmunoterapia, representa un área prometedora de investigación que podría mejorar aún más los resultados clínicos y la calidad de vida de los pacientes.
En resumen, la protonterapia se está estableciendo como una herramienta fundamental en el tratamiento del cáncer, ofreciendo beneficios importantes y diferenciados para la salud de los pacientes. La integración de esta tecnología en el sistema sanitario, respaldada por una investigación continua y el compromiso de los profesionales de la salud, promete transformar el panorama del tratamiento oncológico. Con el crecimiento en el número de centros y ensayos clínicos, así como la colaboración de instituciones y fundaciones, el futuro de la protonterapia se presenta brillante, con el potencial de mejorar significativamente los resultados clínicos y la calidad de vida de los pacientes.