Ictus ‘minor’: casi el 9% de afectados sufrirá otro antes de tres meses

14 junio, 2024

Casi el 9% de las personas que sufren un primer ictus minor (o ictus leve), sin secuelas, sufrirá un segundo antes de tres meses. Este dato, desconocido hasta ahora, lo aporta una revisión sistemática y un metaanálisis liderado por investigadores de la Universidad de Melbourne, en Australia, basándose en la evidencia científica de 14 estudios previos de entre los años 2000 y 2021 que suman 45.462 pacientes, y publicado en el Journal of the American Heart Association.

Entre esos 14 estudios, seleccionados por su calidad de entre unos 400 de todo el mundo, figura uno publicado en Stroke en 2008 por el Servicio de Neurología del Hospital del Mar de Barcelona.

Ángel Ois, cofirmante de este estudio y del metaanálisis y neurólogo del Hospital del Mar e investigador de su Instituto de Investigación, ha destacado a este diario esta otra conclusión de la revisión: en el 2000 la proporción de pacientes con un ictus minor que sufría un segundo ictus al poco tiempo era, en términos generales, de hasta el 16-17%, pero desde entonces esa proporción ha ido bajando a razón de un 0,6% anual, lo que sugiere una mejora generalizada en su evaluación y tratamiento. No obstante, aún afecta de manera generalizada al 8,6% de los pacientes y, por tanto, queda margen de mejora.

Lo que ha contribuido especialmente a alcanzar este último dato, ha explicado el investigador, es no hacer distinciones entre los pacientes con ictus grave y con ictus leve, y realizarles a los dos un estudio completo y rápido de la causa para indicarles la terapia más adecuada y, posteriormente, hacerles un seguimiento exhaustivo.

“Con ingreso en el centro, aunque  los síntomas sean leves. Ante el riesgo de recurrencia del ictus, es recomendable seguir esta estrategia para beneficiar a las personas que, según el estudio, pueden sufrir un segundo episodio, este con secuelas», ha apuntado. El segundo ictus, ha precisado, no tiene por qué ser discapacitante pero sí puede ser más grave que el primero.

También ha contribuido a reducir el porcentaje de pacientes con ictus minor que sufren un segundo evento las nuevas terapias y, cuando la causa es una estenosis carotídea (acumulación de placas que bloquean las arterias carótidas, que suministran sangre al cerebro), operar antes de 15 días para “evitar el riesgo de manera eficiente”; ese plazo antes era de antes 3-4 meses.

Y la prevención secundaria tras el primer ictus leve, añade, es asimismo importante pero, a pesar del impacto que supone haber sufrido ya uno, no todos los pacientes van a seguir con eficacia la terapia prescrita, a tener bien controlados los factores de riesgo (hipertensión, etc.) y a cumplir con los cambios en el estilo de vida recomendados.

Otra aportación relevante del metaanálisis es que de las variables analizadas – edad, hipertensión, diabetes o patologías cardíacas- ninguna ha demostrado guardar relación con el riesgo de recurrencia.

Ois ha informado de que el metaanálisis contribuye, especialmente, a concienciar de la importancia del ictus minor, que ha sido poco estudiado hasta la fecha, y a saber si en las últimas dos décadas ha mejorado la asistencia que se le presta o no. Un paciente con ictus leve debe recibir atención especializada para evitar que, a los tres meses, sufra discapacidad y/o alteraciones cognitivas, ha reiterado.

“En Barcelona, el Código Ictus se activa tanto si es minor como si es severo, y así se evita que en los días siguientes se repita el ictus”, ha asegurado.

Otro estudio publicado en Stroke en 2012 alertó a la comunidad médica internacional de que el ictus minor es más importante de lo que se pensaba hasta entonces. Halló que muchos afectados se enfrentaban a discapacidades graves y persistentes aunque la afección, por lo general, se consideraba demasiado leve como para tratarla; y enfatizó la urgencia de un diagnóstico y tratamiento rápidos también para ellos, para reducir la recurrencia (de ictus) y mejorar los resultados en salud.

Por otro lado, según datos de la Sociedad Española de Neurología (SEN) de 2023, cada año se producen en España entre 110.000 y 120.000 nuevos casos de ictus y, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), solo en 2022, más de 24.000 personas fallecieron debido a un ictus y más de 34.000 personas desarrollaron una discapacidad por esta enfermedad.

Eso hace que el ictus sea la primera causa de discapacidad en España – más de 360.000 personas tienen reconocida una discapacidad por haber padecido un ictus- y que, tras los fallecimientos por covid-19, el ictus sea la segunda causa de muerte en mujeres en España y la tercera causa en ambos sexos.

Otros datos de la SEN indican que, en España, solo un 50% de la población sabría reconocer los síntomas de esta enfermedad. Y que el Código Ictus, que es el sistema de atención sanitaria que se activa al llamar a emergencias con síntomas de ictus, solo se llega a utilizar en aproximadamente el 40% de los casos que se atienden en los hospitales españoles.

 

 https://www.diariomedico.com/medicina/neurologia     6 junio 2024

El dato lo aporta una revisión sistemática y un metaanálisis internacional con información acerca de 45.462 pacientes recogida entre 2000 y 2021.

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