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José López Torrecilla (miembro del Comité Científico de la Fundación QUAES) ha desarrollado síntesis, análisis y reflexiones de los artículos “La Universitat cuantifica en 5,45 millones de euros los daños de la DANA al sistema de regadío y el parcelario de l’Horta Sud” y “La DANA provocó en un día el volumen de sedimentación habitual de 30 años en la Albufera”, publicados por la Universidad de Valencia, el 13 y 14 de febrero de 2025, respectivamente.
Dos estudios realizados por la Universidad de Valencia, uno por el grupo de investigación ESTEPA (Estudios del Territorio, Paisaje y Patrimonio), cuantifica en 5.454.300 euros los efectos económicos de la DANA sobre el sistema de regadío tradicional. El otro, realizado por el grupo de investigadores de Limnología del Instituto Cavanilles de Biodiversidad y Biología Evolutiva constata que en la Albufera de València se ha depositado una capa de seis centímetros de sedimentos tras la Dana del 29 de octubre, equivalen a treinta años de sedimentación con la tasa habitual del lago.
El primer informe, “La Universitat cuantifica en 5,45 millones de euros los daños de la DANA al sistema de regadío y el parcelario de l’Horta Sud”, entregado el 13 de febrero 2025 al Tribunal de las Aguas de Valencia lo firman Jorge Hermosilla, catedrático de Geografía de la Universitat de València y los investigadores Jesús García Patón y José Vicente Aparicio Vayá, ha sido elaborado a petición de la Dirección General de Patrimonio Cultural de la Conselleria de Educación, Cultura, Universidades y Empleo de la Generalitat Valenciana, estima que el 38% de la superficie cultivable presenta algún daño provocado por la inundación, lo que equivale a 1.273,6 de las 3.354,4 hectáreas que riegan el conjunto de las acequias de l’Horta Sud. Además, 108 kilómetros de acequias han sido afectados.
El trabajo destaca que los principales daños sobre el parcelario son los de acumulaciones de tierra, grava y arcillas, erosión del suelo por la fuerza del agua, volcado de vallados y dispersión de restos vegetales y residuos urbanos (principalmente plásticos) por la superficie agrícola. También se ha producido la ocupación de los campos para el acopio de vehículos, residuos y tierra derivados de las tareas de recuperación. En los peores casos, algunos tramos de acequias han desaparecido, o bien porque la fuerza del agua los arrancó o porque han quedado sepultadas bajo los sedimentos.
En concreto, si la red de acequias de l’Horta Sud cuenta con 265 kilómetros de trazado, 108,88 de ellos (el 41,1% de la red) presenta algún tipo de afección por la DANA. Los sistemas más afectados en cuanto a longitud son la Acequia del Oro, con 44,6 kilómetros dañados (un 54,8% de su recorrido); la Acequia de Favara, con 38 kilómetros (un 49,5% de su superficie); y los canales de las Acequias de Benàger-Faitanar, con 12,6 kilómetros.
En el caso de la afección económica, la partida más cuantiosa es la de limpieza y retirada de la acumulación de sedimento, grava, cañas y todo tipo de residuos depositados en el campo, cuyo importe sobre las 1.273,6 hectáreas afectadas asciende a 3.820.800 euros. La otra partida importante, 1.633.500 euros, corresponde a la retirada de residuos procedentes del desbordamiento de la Rambla del Poyo al sistema de regadío de gran parte de la comarca de L’Horta Sud”, que obstaculizan la circulación del agua en las acequias.
El segundo estudio, “La DANA provocó en un día el volumen de sedimentación habitual de 30 años en la Albufera”, pone de manifiesto la gran magnitud de la inundación acontecida a consecuencia de la DANA, al comparar los aproximadamente seis centímetros de sedimentos añadidos en la Albufera de Valencia, equivalentes a treinta años de sedimentación, en comparación con otras riadas como la del Mar Menor (Murcia) del 2016, donde el espesor acumulado fue de 2 centímetros, en las zonas afectadas próximas a las salidas de los barrancos o las del río Besòs, cuya deposición en una riada es de 0,5 a 2 milímetros.
Según Juan Soria, “a partir de la superficie del lago (23 km²) y una media de tres centímetros de sedimentación, el volumen de sedimento acumulado en la DANA se estima en 690.000 metros cúbicos, unas 700.000 toneladas, el equivalente a unos 46.000 camiones de escombros. Las aportaciones de materia en suspensión se produjeron en los cuatro días que llegaron las aguas a la Albufera, y una parte quedó en los arrozales, y la otra sedimentó en el mismo lago, donde este proceso se da durante un día”.
El objetivo de esta extracción de sedimento en la Albufera es observar cuál ha sido la cantidad y composición de la materia arrastrada y depositada en la laguna, como consecuencia de la citada DANA. Mediante un extractor de sedimento en lanza, que permite obtener un perfil sedimentario sin alteración, se han tomado muestras repartidas en cuatro puntos, con tres réplicas cada uno y doce en total: al norte, centro, oeste y sur de la Albufera.
“La observación de las extracciones muestra que los materiales sedimentados corresponden con un color más arcilloso rojizo en el norte y centro, con un espesor de alrededor de 6 cm, y más similar al color crema en el oeste y sur, donde el espesor de los materiales depositados ronda los 2-3 cm”, explica Juan Soria.
Estas muestras serán estudiadas en cuanto a su composición para conocer sus diferencias con respecto a la capa de sedimento inferior a la depositada por la riada y analizar qué componentes químicos predominan, y qué impacto pueden tener en la flora y la fauna subyacente, así como en la ya existente en el parque.
Cabe recordar que la inundación provocada por la Rambla del Poyo arrasó gran parte del norte de la comarca de l’Horta Sud, y las aguas se mezclaron con todo tipo de compuestos y elementos naturales y artificiales, que acabaron depositándose en la Albufera, en la que desemboca la citada rambla.
(De izquierda a derecha). Muestras obtenidas de la Albufera con extractor de sedimento, al sur, oeste, norte y centro del lago.
Jorge Hermosilla (catedrático de Geografía de la Universitat de València), Marta Alonso (directora general de Patrimonio Cultural de la Generalitat) y Francisco Almenar (presidente del Tribunal de las Aguas) con los miembros del Tribunal de las Aguas
Fuente imagen de portada: iStock
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