Age groups that sustain resurging COVID-19 epidemics in the United States
M. Monod et al., Science 10.1126/science.abe8372 (2021).
Tras las caídas iniciales en el número de infectados de COVID-19 en Estados Unidos y Europa, la infección repuntó hacia mediados de 2020. En concreto, y solamente para Estados Unidos, a mediados de Junio de 2020 se registraban 40.000 casos diarios, cifra que alcanzaba los 100.000 casos diarios a 4 de Noviembre del mismo año.
Se considera que los esfuerzos necesarios para controlar la transmisión requieren entender, tanto la contribución de los grupos de edades a la transmisión de la infección, como lo que puede suponer el relajar las medidas de control.
Los autores de este estudio han analizado estadísticamente la movilidad de 10 millones de individuos en Estados Unidos, por grupos de edades, y lo han correlacionado con las cifras de mortalidad.
Para ello han utilizado un conjunto de datos agregados sobre la movilidad de los 10 millones de individuos, obtenidos mediante la tecnología Pilgrim, que localiza señales emitidas por dispositivos móviles y permite aproximar el momento, la duración, y la localización de los usuarios y sus visitas a lugares como tiendas, parques o universidades. Cruzando datos con los que posibilita la tecnología Emodo pudieron efectuar una validación cruzada al cuantificar la proporción de usuarios que pasaron tiempo fuera de la localidad donde viven.
El estudio aporta evidencias de que el rebrote de la epidemia COVID19 en USA en 2020 ha sido impulsado por adultos de entre 20-49 años, y en especial los de 35-49 antes y después de a reapertura de las escuelas. Todo ello se basa en la estimación de que a la altura de octubre de 2020 el grupo de edad de 20-49 años fue el único grupo que contribuía al resurgimiento de la transmisión de la COVID-19. Estos datos contrastan con los que se vienen observando para la gripe estacional. Destaca en este sentido, además, el subgrupo de 35-49 años en el que el número de reproducción del virus superaba ampliamente el valor 1, de manera que 65 de cada 100 infecciones se originaban en individuos de 20-49 años. En cambio, la transmisión de infecciones por parte de niños de 0-9 años, supuso menos del 5% y la de jóvenes de 10-19 años menos del 10%.
Se concluye que las intervenciones preventivas en este grupo de edad, incluyendo la vacuna, resultan fundamentales para controlar la reemergencia de epidemias y para reducir la consiguiente mortalidad.