Leonel Andrés González Niño
Biólogo Molecular BSc, Esp, MSc.
Coordinador Nacional Unidad de Genética
Líder Técnico Covid-19
Dirección Técnica de Laboratorio Ayudas Diagnósticas SURA-Colombia.
La pandemia por SARS CoV-2 ha traído grandes aprendizajes y retos, no solo para la región de América Latina y el Caribe (LA) sino para el mundo. La enseñanza más importante es que nos demostró que a pesar de la tecnología disponible del siglo XXI y el adelanto científico, no estábamos preparados para afrontar una pandemia de estas características. Hecho que se hizo mucho más notorio en los países en vía de desarrollo, con gobiernos en donde se destina solo una pequeña fracción (menos del 5%) de su producto interno bruto (PIB) a la educación, ciencia e investigación y/o a inversión en el sector salud; siendo esto el común denominador en muchos países latinoamericanos. Tanto es así, que en LA aún hay países rezagados en materia de vacunación como es el caso de Honduras, Guatemala, Nicaragua y Cuba. Este último ad portas de tener lista su propia vacuna contra el Covid19 “Soberana 02”, y Argentina que se suma con el anuncio este pasado 20 abril de que producirá la vacuna rusa “Sputnik V” desarrollada por el instituto Gamaleya. A pesar de estos esfuerzos, en LA hace falta una capacidad de desarrollo e inversión real que permita producir vacunas a gran escala, así como también generación de tecnología biomédica e insumos médicos y no depender de capacidades y políticas de abastecimiento de gobiernos de otras latitudes.
Recordemos que el primer caso de Covid19 registrado en LA fue en Brasil, el 26 de febrero de 2020. Para esa época Europa llevaba ya una gran cantidad de personas contagiadas por el virus que superaba los 200 mil casos y unas 16 mil muertes a esa fecha. Algo paradójico es que el primer caso reportado en Europa fue el 25 de enero de 2020 en Francia, a sólo 25 días que China reportara a la Organización Mundial de la Salud (OMS) un nuevo brote de neumonía desconocida de origen viral. Llama la atención que este primer caso en Europa, se da en un hombre de 50 años sin historial de viajes, sólo con único nexo directo posible, su esposa quién trabaja en el área portuaria de pescadería. Este paciente ingresa el 27 de diciembre de 2020 al Hospital Universitario Jean-Verdier con fiebre alta, síntomas asociados a gripe estacional y neumonía severa; corroborando una vez más que las fronteras indudablemente son invisibles para los virus y que el Covid19 era una enfermedad a tomarse en serio y no “una simple gripe” como muchos afirmaban. Esta situación debía servir de espejo para LA, ya que se tenían los días contados para prepararse y sobre todo para aprender a vivir y afrontar de la mejor manera esta nueva realidad que se venía como una gran ola.
Para febrero de 2020, los gobiernos de LA ya tenían que saber cómo actuar en cuanto a medidas de prevención y contención del Covid19, y tener disponible el talento humano necesario junto a la infraestructura de laboratorios de biología molecular para la detección del virus, sumado a la capacidad de atención de pacientes Covid19 de forma intrahospitalaria en las Unidades de Cuidados Respiratorios Intermedios (UCRI) y pacientes graves en Unidades de Cuidados Intensivos (UCI). El 6 de marzo de 2020 se reporta el primer caso por Covid19 en Colombia; para esa fecha, ya Italia y España estaban afrontando una situación muy compleja de nuevos casos y muertes diarias por Covid19, lo que debió ser un llamado de alerta a extremar medidas, pero ya el virus estaba en el país. De igual forma se declara una cuarentena estricta para toda la población que inició el 17 de marzo de 2020 y como medida urgente, pero un poco tardía se cierran fronteras terrestres, marítimas y fluviales para evitar que llegaran aún más casos importados de Europa y de otros países de la región, y en común acuerdo con Chile, Argentina, Ecuador, Perú, Bolivia y Uruguay, esta medida se mantuvo hasta el 30 de mayo de 2020. Esta estrategia ejecutada por el gobierno nacional, no era más que la de ganar tiempo y mantener la curva de contagio lo más baja posible e ir fortaleciendo paralelamente al sector salud con talento humano para la atención médica e infraestructura: con dotación de hospitales y aumentar a su vez la capacidad de diagnóstico de la mano de la empresa privada. Pero estas medidas conllevaron a pagar un costo muy alto, más aún para un país en vía de desarrollo como Colombia, con altas brechas económicas y sociales en donde un gran porcentaje de la población vive de la economía informal. El cerrar las fronteras y, además, entrar en un cese total de las actividades sociales, económicas y educativas, llevó a que muchas familias no tuvieran un sustento básico para suplir sus necesidades diarias, y reflejo de esto fue que a febrero de 2021 cerca de 509.370 pequeños micronegocios y medianas empresas habían cerrado sus puertas, llevando la tasa de desempleo durante el periodo de confinamiento en el país a cifras históricas de 20.2 % y más 4.15 millones de personas perdieron su trabajo por esta causa…¡ésta era la nueva realidad! Según los expertos era lo que había que hacer, de lo contrario el costo habría sido mucho mayor en vidas humanas. Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en LA se perdieron 26 millones de empleos a causa del impacto económico que dejó la pandemia.
A pesar del impacto socio económico, Colombia pasó de tener 5.346 camas UCI en febrero de 2020 a 12.493 camas UCI a abril de 2021 casi triplicando su capacidad, y de tener un solo laboratorio avalado para el diagnóstico por RT-PCR para el SARS- CoV-2 con una capacidad de 6.000 pruebas día (a cargo del Instituto Nacional de Salud), a contar con una red ampliada a hoy de 172 laboratorios con una capacidad de diagnóstico de más de 65.000 pruebas día, siendo Colombia uno de los países con una de las mejores capacidades de diagnóstico en LA, logrando más de 10 millones de pruebas de PCR procesadas a finales de abril de 2021, con una tasa de 255.550 pruebas x millón, ubicando al país de quinto en la región, solo superado por Chile, Panamá, Uruguay y Perú. Este es otro gran aprendizaje que deja la pandemia, la sinergia estado, empresa privada y las universidades, sirvió de forma contundente al manejo de la pandemia, aportando no solo recursos económicos sino también experiencia para la importación de equipos biomédicos e insumos; como kits de extracción de ARN viral, kits para la detección del virus por RT-PCR e implementos para la atención médica; de esta forma se logró sobrellevar el primer encuentro con el SARS-CoV-2. Pero no fue fácil… nuestros grandes temores se hicieron realidad y podríamos llamarlo “Crónica de una Muerte Anunciada” dada la gran incertidumbre afrontada por la falta de insumos por escasez a nivel mundial por esas fechas. “El reto sin duda alguna fue mayor para toda la región latinoamericana” ya que fuimos los últimos en recibir estos insumos, una alerta más para LA y otro gran aprendizaje, “No se puede depender únicamente de las importaciones”, debemos ser generadores de nuestros propios recursos: invirtiendo en investigación y educación, fortaleciendo la simbiosis estado, empresa privada y universidad.
A pesar de todo el esfuerzo y alto costo económico y social la pandemia en Colombia ha cobrado la vida de más de 70.000 personas, y de forma lamentable en la región algunas políticas de estado desacertadas en el manejo de la pandemia han llevado a países como Brasil, a alcanzar cifras alarmantes de más de 90.000 contagios por día, y un alto costo en vidas humanas, con cifras record de 4.249 muertes en un sólo día, siendo este actualmente el segundo país con más fallecidos, al acumular ya 378.000 muertes en apenas trece meses, y con más casos confirmados en el mundo de la enfermedad, después de Estados Unidos cuya anterior política de gobierno los llevó a ocupar lamentablemente el puesto N°1. México por su parte es otro de los países latinoamericanos más afectados por la pandemia con 213.000 muertes por Covid19 y Argentina estas últimas semanas de abril con más de 29.000 casos día y 60.000 muertes.
El gran reto con el que inició LA este año 2021 fue el lograr programas de vacunación efectivos, con políticas y estrategias claras que permitieran el acceso de forma oportuna y rápida a todo el personal de salud de primera línea, seguido por la población priorizada según su edad y/o el grado de vulnerabilidad a infección grave o muerte por Covid19 asociado a enfermedades de base. Estas políticas se aplicaron en la gran mayoría por no decir la totalidad de los países de la región quienes ya iniciaron con sus planes de vacunación, sin embargo, y lamentablemente se han denunciado “fallas” que le suman aún más presión al proceso de inmunización, al que llamaré “idiosincrasia latinoamericana”. El caso de México, que a pesar de ser el primer país en Iniciar vacunación en LA convirtiéndose en un ejemplo a seguir en la región, también vio la otra cara de la moneda, donde las personas llegaron a disfrazarse de ancianos para acceder a la vacuna y se reportaron también casos en donde vacunaron con jeringas vacías. Otro ejemplo es el de países como Perú y Ecuador en donde funcionarios del estado se saltaron las filas y se vacunaron antes. Lo anteriormente expuesto puede ser una posible respuesta natural al temor de la sociedad de contagiarse por el virus y así acceder rápidamente a la vacuna, sin importar las consecuencias que esto implica. LA, sigue siendo una región de grandes contrastes, en el cual, hay gobiernos tan comprometidos como es el caso de Chile, siendo el segundo país del mundo que más ha vacunado gente en proporción a sus habitantes después de Israel, y el gobierno venezolano que en su momento anunció que en abril de 2021 iniciaría el plan de vacunación masiva en el país y a la fecha sólo ha recibido cerca de 800.000 dosis, que no alcanzan a cubrir al personal de salud y lo que más preocupa es que ni siquiera los médicos conocen el plan de vacunación.
Colombia por su parte inició la carrera de la vacunación el 17 de febrero de 2021 con la llegada de 50.000 dosis de la vacuna Pfizer y con una población que guarda la esperanza en que se logre una inmunidad de rebaño (70% de la población inmunizada) antes de que termine este 2021. Pero las cifras no cuadran del todo bien, dada la baja velocidad de llegada de las vacunas al país, lo que dificulta la disponibilidad de los biológicos a pesar de los acuerdos vigentes que se suscribieron de forma directa con las farmacéuticas y de hacer parte de la estrategia COVAX: colaboración para un acceso equitativo mundial a las vacunas contra la COVID-19 de la OMS. Actualmente las vacunas disponibles para Colombia son: BioNTech Pfizer, CoronaVac Sinovac, Oxford AztraZeneca y Janssen Johnson&Jhonson, no obstante, al 23 de abril de 2021 en el país sólo el 5.9% con de la población había recibido al menos 1 dosis de la vacuna (2.961.023 personas) y apenas un 2.7% de la población (1.357.291 personas) tenían el esquema completo de inmunización. Si a esto le sumamos que en el país tenemos 50 linajes identificados del SARS-CoV-2 y las recientes variantes identificadas B.1.1.7 (Reino Unido), P.1 (Brasil), junto con las mutaciones E484K, N501Y y P681H que puede tornar a este virus más transmisible y que posiblemente están circulando desde los meses de diciembre y enero en Colombia que explicarían lo atípico del comportamiento de esta tercera ola por covid19 (mayor contagio y afectación de personas jóvenes) ejerciendo aún más presión a la ecuación; como es el desabastecimiento actual de oxígeno medicinal dada la alta demanda que ha superado el 500% en las últimas semanas, dejando por el momento un panorama menos alentador, en donde urge la tarea de acelerar el programa de vacunación en el país y en todos los países de la región.
A pesar de que efectivamente la vacuna es la solución (ejemplo de ello Israel), no es garantía absoluta de éxito, si ésta no se hace de forma rápida y masiva (nuevas variantes del virus, perdida de inmunidad y efectividad de la vacuna). Caso puntual el de Chile, que a pesar de la vacunación el virus sigue propagándose, con más de 9.000 contagios y 120 muertes día a causa del virus para abril de 2021. Esto indiscutiblemente lleva a preguntarnos: ¿Qué estamos haciendo mal en LA? ¿por qué Israel sí logró su inmunidad de rebaño? ¿Qué puede estar influyendo que el virus se siga propagando?
No obstante a los esfuerzos realizados en el mundo, el Covid19 no se ha ido y estará por un tiempo más, por ello no debemos bajar la guardia a pesar de los avances en la vacunación, se debe continuar con la vigilancia genómica del virus, seguir fomentando la cultura del autocuidado, dar continuidad a estrategias que incluyan el rastreo del virus con la realización de pruebas diagnósticas a gran escala, propiciar un aislamiento selectivo que no vulnere a las poblaciones de bajos ingresos económicos e intensificar el alcance de la vacunación a toda la población de forma rápida y oportuna iniciando por los más vulnerables.
Para terminar, debemos tener presente todos como sociedad que la gran recompensa a todo el esfuerzo y sacrifico del personal de salud (médicos, enfermeras, profesionales de laboratorio, auxiliares de enfermería, así como del personal administrativo, de servicios generales y vigilancia), quienes han estado día y noche desde el primer día sin descaso en el frente de batalla, es cuidarnos, usar siempre el tapabocas y no salir de casa a no ser que sea estrictamente necesario hasta que esto acabe.