El Laboratorio de Virología del HUCA ultima además la puesta en marcha de un mecanismo para distinguir la cepa británica de la sudafricana y brasileña en el mismo plazo.
Santiago Melón, jefe Virología HUCA, modelo pionero detección cepas06/02/2021 – 12:27 h. CET
La presencia de distintas cepas del COVID-19 ha obligado a la ciencia a trabajar en nuevas fórmulas para tratar de atajar la evolución del virus. Es el caso de Asturias y el Hospital Universitario Central. Su laboratorio de Virología ha creado un sistema para distinguir la variante común de las cepas en un plazo máximo de una hora. «Vimos que para estudiar a fondo cualquier virus, lo interesante es hacer secuenciaciones y conocer su estructura y composición. Nos fijamos que estas tres variantes concretas (británica, sudafricana y brasileña) tenían una posición común que variaba con respecto a la cepa que estaba circulando: la posición 501 de la espiga de la proteína que se une al receptor», ha explicado en la SER el responsable del departamento. Santiago Melón ha apuntado que, a partir de ese punto, «diseñamos un sistema de PCR que discriminaba la variante que tenía la mutación 501 de la cepa habitual. En una hora podríamos decir si realmente estamos ante una variante u otra. Existen otros sistemas indirectos para determinar estas variantes, en concreto la británica, pero esto es una forma directa de detectarlas».
El sistema es pionero en España ya que, aunque se había aplicado en algún otro virus como la hepatitis C o el papiloma, en el caso de COVID-19 es la primera vez que se implanta. «Es una alegría porque ves que rápidamente puedes tener un resultado y contar con la información necesaria para acotar focos y saber de dónde vienen las transmisiones», ha añadido. Hasta ahora se hacían secuenciaciones profundas «con muy pocas muestras» pero se tardaba entre 7 y 10 días en obtener el resultado. «Somos punta de lanza en cuanto a buscar las variantes en concreto en tiempo récord. A todas las muestras que salen positivas intentamos aplicarles este sistema y en el 90% sabemos si son británicas o no. Llevamos cerca de 2.000 muestras analizadas», ha apuntado Melón.
El modelo, nacido en el HUCA, ya se está extendiendo por otros hospitales de la comunidad como Mieres, Cangas del Narcea o Valle del Nalón y «están encantados». La idea es implantarlo en todos «según el trabajo nos vaya dejando tiempo. Cuando implantas una nueva técnica, aunque es sencillo y las personas que trabajan en ello cuentan con experiencia, siempre lo afrontas con algo de temor».
Nuevo sistema
El virólogo asturiano está convencido sobre la futura presencia de la cepa sudafricana y brasileña y ha apuntado que «se van a colar, no me cabe duda. El virus evoluciona, no somos una isla y nos va a llegar de todos los sitios». Melón ha recordado que «hace un año, cuando aparecía el coronavirus en China, tuvimos una sesión en Pediatría y dije que iba a llegar. Desgraciadamente acerté, pero es que estamos a expensas de lo que pasa en el mundo. Van a llegar pero lo importante es poder diagnosticarlas».
En Asturias, en la actualidad, solo está confirmada la presencia de la cepa británica, aunque desde el Laboratorio de Virología solo están pendientes de un último trámite que ahonda en el sistema puesto en marcha. «Consiste en discriminar, no solo si tenemos una de esas tres variantes, sino cual es con la misma rapidez. Utilizaríamos la misma tecnología, incluso en la misma reacción, no necesitaríamos una nueva», ha detallado. Con ambos procesos lo que se busca es conocer «qué variantes nos están llegando, ver cómo evoluciona el virus y donde están los focos de infección. Cada vez que evolucione el virus, va a ir mejorando en accesibilidad y mantenerse en el ambiente y no ser tan agresivo, pero sabremos donde incidir y cómo puede ir esa transmisión»
Fuente: https://cadenaser.com/emisora/2021/02/06/ser_gijon/1612571363_354600.html