Pilar, Nieves, Guillermo, Lola, Ana, Ana y Laura ya están juntos. Los seis enfermos de miastenia y miembros de la Asociación de Miastenia de España (AMES), que mañana comienzan el Camino de Santiago para visibilizar a la sociedad su enfermedad, se reunieron hoy en Santiago de Compostela desde donde, ya en grupo, se desplazaron a Palas de Rei. A la capital jacobea volverán el jueves tras haber andado unos 60 kilómetros del camino adaptado, justo la jornada en que se celebra el Día Nacional de la Miastenia.
Ya antes de comenzar se vivieron momentos muy emotivos en el grupo. Para ellos el gran éxito no será sólo llegar el próximo jueves a la Catedral de Santiago, que también; sino que en España se conozca un poco más una enfermedad que afecta a sólo unas 10.000 personas. Por eso, a medida que los socios de AMES iban llegando desde sus respectivas ciudades al hotel de concentración, los abrazos se sucedían. Era un sueño hecho realidad. Cuando ya estuvieron todos juntos se subieron al autobús para comenzar la aventura. En el autocar les despidió Virginia de Lanzas, responsable del área sociasanitaria de la Fundación QUAES. De Lanzas les ha acompañado en el inicio de la aventura y a partir del lunes se incorpora Jorge Aguadé para ayudar en la logística y para hacer una crónica diaria sobre el camino y, también, para coordinar las entrevistas con los medios de comunicación que ya se han concertado.
Con ellos ya estaba Mari Carmen Martínez, médico de la Semergen, que llegó el viernes por la tarde y entonces ya estuvo reunida con Pilar Robles, la presidenta de AMES, y con Laura Julià, la trabajadora social y la que ha organizado todo el viaje junto a Pilar. En ese encuentro se establecieron una serie de pautas médicas para los peregrinos aunque en los días anteriores ya todos habían recibido un mail con una serie de recomendaciones de todo tipo.
Los primeros consejos de Mari Carmen y de Rafa Micó, el vicepresidente de Semergen que también viaja hoy desde Valencia para unirse al Camino, son claros. Lo primero es que no tienen que forzar la máquina. Hay que andar lo que se pueda sin necesidad de cansarse en extremo. El autobús está para que el que no pueda seguir andando se suba y descanse. Y también quieren evitar las horas de sol más fuertes por lo que ya les han advertido de que van a tener que madrugar cada mañana. Como el parte meteorológico para mañana domingo es de lluvia al final han quedado en que comenzarán a andar a las ocho de la mañana. Para el resto de la semana parece que la lluvia amaina y que van a tener jornadas de más calor y buen tiempo.
La etapa de mañana (15 kilómetros) y la del lunes son las que más respeto infunden en el grupo. En dos días van a hacer la mitad del camino que tienen pautado. Además, la etapa primera es la que más desniveles tiene, aunque siempre el balance es que se termina bajando más que subiendo. También el lunes es una etapa dura con 14 kilómetros entre Melide y Arzua.
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Gracias Jorge por tus crónicas. Emocionante leer toda la descripción de las etapas. Nos hemos sentido muy arropados con vosotros.