El Dr. César Nombela es el nuevo presidente de la Fundación QUAES. El científico toma el relevo de D. Tomás Abadía que ha sido el máximo responsable de la fundación desde febrero de 2016. Abadía pasa a ser el presidente del Patronato de Honor de la Fundación.
El Dr. Nombela es una persona de reconocido prestigio científico y también ha desempeñado diferentes responsabilidades en el ámbito social por lo que posee el perfil ideal para desempeñar la presidencia de la organización dedicada a la investigación, la formación y al apoyo social sanitario. Nombela viene de ser el Rector de la Universidad Menéndez Pelayo de Santander. Y también ha sido presidente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y lo es de la Fundación Carmen y Severo Ochoa por nombramiento testamentario del Nobel.
-Acaba de aceptar el cargo de presidente de la Fundación QUAES, ¿Qué motivaciones tiene ahora mismo para comenzar esta nueva etapa en su vida?
-Continuar contribuyendo al avance del conocimiento y a la formación en todas sus modalidades, para beneficio del progreso y al servicio de la sociedad.
-¿Qué le ha convencido a la hora de aceptar este puesto?
-Soy Catedrático de Microbiología desde hace más de 35 años. Mi larga experiencia académica y científica se ha desarrollado en el ámbito de Biomedicina, como territorio de avance investigador que ha de proyectarse en los cuidados de salud, la atención sanitaria y la salud pública. También he dedicado esfuerzos a gestionar organismos como el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) o la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP). He aceptado poner mi experiencia al servicio de este proyecto, todavía joven y muy abierto que es la Fundación QUAES.
-¿Qué cree que puede aportar a QUAES?
-Mi extensa trayectoria me indica que lo primero que debo aportar es esfuerzo por reforzar lo mucho de acertado que tiene hasta ahora el recorrido de esta fundación. Sucede que en el campo biomédico el progreso es tan constante, el recambio de conocimientos es tan rápido que todo el empeño será poco para dar respuesta a las nuevas exigencias. En pocos años hemos pasado de hablar de la aplicación de las nuevas tecnologías para la Medicina (Genómica, Imagen, Regenerativa) a plantear una Medicina de precisión que, englobando todo, lo proyecte en la atención individualizada al paciente.
-¿Qué ha visto de QUAES que más le ha convencido?
El compromiso con el paciente, especialmente en el campo de las enfermedades infrecuentes que conocemos como enfermedades raras. Todos los esfuerzos que se hagan en pro de la atención a este conjunto de patologías son pocos. Otra faceta de mi experiencia, la de reflexión bioética y dedicación de tiempo a comités y comisiones de garantías bioéticas, me han convencido de que aquí hay un terreno en el que trabajar desde el compromiso con la dignidad del ser humano.
-Y, ¿qué cree que hay que mejorar?
-No es momento de señalar reformas, más bien de resaltar que la actitud de quienes laboramos en el mundo científico debe ser positivamente de permanente tensión por la mejora.
-Usted ya tiene experiencia en Fundaciones al ser presidente de la Fundación Carmen y Severo Ochoa. ¿Qué papel cree usted que deben tener estas organizaciones en la sociedad actual?
-Las fundaciones son un fruto de la iniciativa social muy propio de las sociedades libres, convencidas de que la iniciativa de cada ser humano puede ser fuente de progreso económico y social. En España necesitamos un mejor reconocimiento y una mayor protección del derecho de donar para fines altruistas.
-Don Tomás Abadía le ha precedido en el cargo y ahora pasa a ser Presidente de Honor de la Fundación. ¿Qué han hablado entre ustedes?
Creo que el presidente Tomás Abadía ha llevado a cabo una gestión excelente, es importante seguir contando con su aliento como Presidente de Honor. Con sinceridad y apertura me ha transmitido su valoración de las actividades, me anima el que siga disponible para hacerlo en esta nueva etapa.
-Usted tiene una estrecha relación con la educación y con la investigación en España, ¿en qué punto nos encontramos y hacia dónde tenemos que ir en el país para mejorar estos dos ámbitos?
-Hace mucho tiempo que vengo abogando por las reformas administrativas que, a mi juicio, nos llevarán al despegue que necesitamos, precisamente para estar a la altura que los tiempos demandan. España avanzó mucho en producción científica y en esfuerzo inversor en I+D+i en el periodo 1980-2008. Todo se estancó desde 2008 (¡a pesar de la existencia de un Ministerio de Ciencia e Innovación!), nuestra inversión en Ciencia y Desarrollo, en porcentaje del PIB, incluso ha disminuido, sigue en menos del 1,3% lo cual reclama reformas. Tenemos un sistema científico estimable, pero que necesita nuevos estímulos, mucha más inversión, pública y privada, y cambios fundamentales especialmente en la Universidad, una forma mejor de gobernanza y una selección del profesorado que acabe con la endogamia y fomente la movilidad.
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