“Analizar el ADN de un tumor ya nos permite conseguir información para saber con anticipación si un determinado tratamiento tiene muchas o pocas probabilidades de ser eficaz en un paciente concreto”. Este es el esperanzador escenario que compartió el Dr. Gabriel Capellá, uno de los principales referentes españoles en el ámbito de la medicina personalizada, a su paso por Valencia, con motivo del último Seminario Científico de Fundación QUAES. Medio centenar de personas acudieron al Salón de actos del Incliva para escuchar al científico catalán.
De esta forma, el actual director del Instituto Catalán de Oncología (ICO) expuso a pacientes y profesionales sanitarios los últimos avances en investigación genética aplicada al tratamiento del cáncer, destacando su importancia para conseguir terapias adaptadas a cada persona en función de las características tumorales y su propia herencia familiar.
“En los últimos años ya se ha consolidado la detección de mutaciones genéticas en tumores para tratar de forma específica distintos tipos de cáncer, como el de pulmón, colon y recto. Además, de forma más reciente, el desarrollo de nuevos métodos de análisis de alta sensibilidad nos está permitiendo encontrar estas alteraciones de ADN en la propia sangre”, explicó el Dr. Capellá, quien ha continuado desgranando las ventajas de estas innovaciones para pacientes y médicos: “Podemos mejorar la calidad de vida de los pacientes, evitando que reciban un exceso de toxicidad durante la terapia y mejorando los tratamientos secuenciales. Además, estos avances también aumentan el número total de tratamientos disponibles”.
El seminario también dejó espacio para apuntar cual será el futuro más inmediato que nos depara la medicina personalizada, así cómo su papel a la hora de evitar enfermedades en las que influye nuestro propio árbol genealógico. “En estos momentos, ya se consigue evitar algunas enfermedades hereditarias, mientras que el asesoramiento reproductivo y el estudio de las mutaciones en progenitores es una realidad”. Su utilidad es enorme en enfermedades que afectan de manera muy clara al desarrollo de un niño. Por otro lado, las investigaciones nos acercan rápidamente a la posibilidad de corregir errores en el ADN de embriones humanos mediante técnicas de edición genética como el CRISPR. Es una nueva etapa de connotaciones todavía inciertas”, concluyó el experto.
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