Pilar García difícilmente va a poder olvidar sus 18 días en Kinshasha (Congo). La cardióloga de ERESA Clínic ha estado ese tiempo con el proyecto Amigos de Monkole. Ahí ha visto muchas cosas, ha ayudado a mucha gente, ha curado a algunas, pero ha vuelto a Valencia con más ganas de ayudar de las que tenía cuando se fue. Y ya eran muchas.
La doctora valenciana y sus siete compañeras de viaje solidario han compatibilizado su tiempo entre las visitas a pacientes en el Hospital de Monkole a los que llevaron muchas medicinas y su devoción por los niños del orfanato de Kimondo. Allí se encuentran 650 niños que viven en un centro donde reciben cobijo y comida y donde sus cuidadores pelean para que puedan recibir una educación básica.
Pilar, la cardióloga del grupo, se llevó desde Valencia un ecógrafo V-Scan de la firma General Electric. La Fundación QUAES fue el vínculo de unión entre la doctora y la compañía de tecnología médica y contribuyó también facilitando algunos aspectos logísticos de la cesión del ecógrafo. La intención de la Dra. García era la de hacer estudios cardiológicos a personas necesitadas. Durante los días que estuvo en el hospital mejor dotado de lo que pensaba en aspectos básicos y también en sus instalaciones, pero falto de las últimas tecnologías, aprovechó para ayudar a más de una decena de personas. La médico se queda para ilustrarnos con un par de ejemplos: “Había un hombre que tenía una miocardiopatía muy grave, al que habían prescrito un tratamiento que inicialmente necesitaba. Al llegar a la habitación, sin embargo, vimos al paciente contando su dinero para poder hacer frente al gasto de la hospitalización. Reevaluamos la situación cardiológica, el ecógrafo nos sirvió de gran ayuda y pudimos prescindir de fármacos caros que el paciente en ese momento ya no necesitaba.”
No tuvieron tanta suerte con otra paciente a la que atendió la Dra. García. “Era una mujer de 34 años con una valvulopatía grave, que en cuanto la vimos supimos que se tenía que operar. Desgraciadamente en el Congo no se realizan operaciones de cirugía cardiaca y la paciente tenía que marcharse a Sudáfrica. Sin embargo, la paciente no tenía dinero para pagar ni la operación ni el viaje”, dice la cardióloga.
Pero lo que verdaderamente más les impresionó a las ocho mujeres que viajaron desde Valencia a Kinshasha fue el Orfanato Kimondo. 650 niños viven ahí. Huérfanos: “Todos han sido abandonados ahí principalmente porque presentan una anomalía congénita o discapacidad o simplemente porque que creen las familias que pueden estar embrujados. Así que ese centro está desbordado y los recursos hay que compartirlos entre mucha gente, mucha de ella muy pobre. Tienen tantos niños que los recursos se distribuyen fundamentalmente a darles cobijo, alimentación y sanidad, escolarizar a un niño vale unos 200 dólares por niño, aún así algunos de ellos consiguen llegar a la Universidad”, dice Pilar.
Es fundamental la ayuda afectiva para los chavales, un simple abrazo es lo que aprecian: “Se puede ayudar de muchas maneras, porque son muchas las necesidades, pero sí que vimos que afectivamente tenían muchas carencia. Son tantos que nadie les da un abrazo o un beso y nosotras intentamos paliar esa necesidad”. Tanto les ha calado, que una de ellas, Rosa, se ha quedado tres meses más el orfanato para seguir dando besos y abrazos, sobre todo a niños discapacitados.
Y las demás no han dicho adiós a Kimondo sino simplemente un hasta pronto, su idea es que sea un “hasta el año que viene”. Ahora, tras la experiencia de 18 días en El Congo, las chicas de ‘Amigos de Monkole’ saben que “volveremos, pero iremos con un proyecto para ayudar a los chavales del orfanato. Tenemos que recabar dinero en España con diferentes actos y después debemos definir qué tipo de proyecto queremos llevar a Kimondo. Pensamos que debe ser un proyecto relacionado con aspectos básicos que aquí damos por hecho como puede ser lavarse los dientes, las manos o llevarles cubiertos para que no tengan que comer con las manos”.
También hablan de apoyar una iniciativa que ya existe en Congo y es el ‘Forfait mamá’. “Se trata de una iniciativa en la que las mujeres que se quedan embarazadas aportan una cantidad de dinero, unos 50 dólares, y a partir de ese momento todas sus necesidades están cubiertas hasta que nace el niño. Hay muchas posibilidades de ayudar y lo que tenemos claro es que queremos volver en 2018”, finaliza la Dra. García.
2 Comentarios
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🙂
Estuve leyendo tu redacción y hay demasiadas información que no sabía que me has enseñado, esta maravilloso..
te quería reconocer el espacio que dedicaste, con unas infinitas
gracias, por enseñarle a gente como yo jujuju.
Saludos
Muchísimas gracias por sus palabras.