El goce de la belleza: compromiso con la vida y reconciliación con la muerte

Míriam Huéscar
Comisaria de arte y gestora cultural
@miriam.huescar

Sonata de invierno es la última exposición de la artista visual Francisca Pageo en la Fundación Quaes de Valencia. Sigo de cerca el trabajo de Francisca y en esta muestra sentí las obras de la creadora como manifestaciones de pura poesía leída y, sobre todo, vivida. Reflexiones poéticas sobre el comportamiento humano, el arte y la naturaleza, el amor, el paso del tiempo y la belleza de la vida. Y en esa forma de evocar en una imagen visual todas esas sensaciones humanas, sus imágenes me llevaron a recordar todas aquellas maravillosas expresiones japonesas que recogen tan bien estas ideas en una palabra y en las que veo una clara semejanza con sus obras. Os hablaré de algunas de ellas y entenderéis rápidamente de qué hablo. Komorebi, referida a la luz del sol que se filtra a través de las hojas de los árboles; Kogarashi, al viento frío que nos hace saber de la llegada del invierno; Yūgen, alude al misterio del conocimiento del universo que evoca en nosotros sentimientos emocionales inexplicables y profundos. Shoganai, a lo inevitable, que no se puede evitar y por lo que debemos seguir adelante sin remordimiento. Aware, literalmente se refiere a la compasión por las cosas, referido a un momento breve y efímero de la naturaleza. O Ikigai, que representa la razón de vivir, eso que hace que te levantes cada día, en relación a su vez con la necesidad de una profunda búsqueda interior. Estas expresiones parecen fieles reflejos de los collages de la artista, composiciones poéticas de imágenes, fragmentos, contextos y vivencias que nos son familiares y que forman un compendio emocional que nos evocan una mezcla entre añoranza del pasado y anhelo del futuro. No hay duda de que sus obras personifican la reflexión que arrancaba el nuevo curso del Ateneo Félix Prieto, en relación con el goce de la belleza, realmente uno se deleita en la belleza de sus obras; el compromiso con la vida, pues sus piezas nos recuerdan que debemos tener una clara vocación de compromiso y disfrute con lo que nos rodea; y la reconciliación con la muerte, haciéndonos tomar consciencia de que estamos de paso, que cada día es un regalo, y que en el disfrute de lo cotidiano está la auténtica belleza de vivir.