Los canes pueden avisar de una inminente crisis y son capaces de asistir al paciente durante el episodio
Alce, Asociación de Epilepsia de la Comunidad Valenciana, organizó el pasado sábado un taller para presentar a sus afiliados los perros asistenciales en epilepsia. El acto, que se desarrolló en la sede de la Fundación QUAES en Valencia, reunió a unas cincuenta personas que se interesaron sobre esta nueva opción asistencial.
La charla la dio Miguel Martínez, adiestrador canino de perros de asistencia, que es el responsable de Teranimalia, una empresa radicada en Alicante que se ha especializado en adiestrar perros para ayudar en temas asistenciales. Y lo que interesaba a los asociados de Alce, hubo personas que vinieron expresamente desde Madrid, era saber cómo podía ayudar un perro a una persona con epilepsia.
Y Martínez se lo explicó: “En el tema de la epilepsia a los perros los adiestramos para dos cosas: prever antes la crisis epiléptica y asistir a la persona una vez ha tenido la crisis. Estas son las dos variables en el adiestramiento”. En la detección temprana de la crisis epiléptica el adiestrador ha trabajado con los perros para que alerten “entre ocho y quince minutos antes de que se produzca la crisis. Los perros se ponen muy nerviosos y chupan las manos de los que están cerca de la persona que va a tener una crisis o se ponen a mordisquear”, decía. Los perros han sido adiestrados para oler tanto la saliva como el sudor que, minutos antes de la crisis, cambia de olor y ese aspecto es lo que los canes tienen asociado con unas actividades que les excitan.
En cuanto a la acción que protagoniza el perro cuando ya se produce la crisis epiléptica el animal ha sido entrenado para “traer mantas, un botiquín o hasta el teléfono al usuario para que pueda avisar a las personas que están alrededor para poder asistirles”, sostiene Martínez.
Los perros pasan por un proceso de aprendizaje que está alrededor de un año. Los animales “los seleccionamos nosotros con una serie de patrones, pero sin una raza específica. Las características son que sean de un tamaño mediano grande, que no pertenezca a una raza potencialmente peligrosa o que no tengan enfermedad que después no permita que ese perro pueda ser certificado”, dice Martínez.
Teranimalia ha adiestrado ya desde Alicante a cuatro perros dedicados a la epilepsia (en Estados Unidos hace más de 15 años que esta opción es ya una posibilidad de ayuda a los pacientes con epilepsia) y están certificados para poder trabajar con estos animales. Pero además, también trabajan en otros ámbitos asistenciales como con ‘Elliot’, el border collie que trajeron a Valencia, un can adiestrado para hacer terapia asistida en la enfermedad rara 5P- o también conocida como maullido de gato. Elliot es un elemento motivador los niños que deben hacer una terapia. “En vez de hacer la sesión exclusivamente con fisioterapeuta la hacen también con el perro lo que les motiva más”, dice Martínez.
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