Origen del SARS-CoV-2 causante de la COVID-19

29 octubre, 2021

Luis Enjuanes

Centro Nacional de Biotecnología (CNB-CSIC). Madrid. España

Los virus, particularmente los que tienen un genoma de RNA, cuando se multiplican siempre generan virus cuyos genomas son diferentes entre si. Esto les permite originar una enorme diversidad de partículas virales con distintas envueltas, de entre las cuales una se une a alguna proteína de la superficie de las células humanas, lo que facilita el salto del virus de una especie animal a las personas, dando lugar a una zoonosis. Esto es lo que probablemente ha pasado con la emergencia del SARS-CoV-2 que nos invadió en el año 2019, causando la enfermedad COVID-19.

Los virus no piensan, simplemente generan una variedad casi infinita de virus en su progenie, y dejan que el azar y el reconocimiento molecular seleccione aquellas partículas infectivas que han adquirido una ventaja selectiva que les permite sobrecrecer al resto e imponerse. Estas ventajas selectivas pueden ser de varios tipos: mayor afinidad por las células de la especie que invaden, incremento de su velocidad de replicación, o anulación de las defensas del hospedador por parte de los virus, evitando ser rechazados por el sistema inmune de la persona infectada. Ello puede dar lugar a nuevas pandemias como la que tiene lugar en este momento con el SARS-CoV-2 (Wu y col., 2020), por ejemplo. Otra pandemia viral que experimentamos en el 1918 fue la de gripe, que causó mas de 20 millones de muertos (Petersen y col., 2020). Cada año emergen de uno a tres nuevos virus que infectan a las personas aunque, afortunadamente, no todos ellos son mortales.

Existe una opinión generalizada de que hay un efecto del cambio climático en la emergencia de nuevos virus, por su influencia sobre su replicación en sus vectores, como los mosquitos, garrapatas, o aves, que los transmiten por todo el mundo. El cambio climático afecta a la diseminación de los propios vectores, y además la temperatura y la humedad una relevancia elevada en este proceso. Pero también pueden influir otras variables, como el uso de la tierra por el hombre, el control de las plagas, y los viajes de las personas a lugares nunca antes visitados por el hombre promueven su diseminación.

El reservorio natural de todos los coronavirus (CoVs) humanos y animales son los murciélagos. Los cinco géneros de CoVs, en los que estos se clasifican se derivan de CoVs presentes en murciélagos que están volando en la actualidad en todos los continentes del mundo. Ello determina posibilidad muy alta de nuevas emergencias y reemergencias de estos CoVs. Así ha ocurrido a lo largo de los años, con unos 10 nuevos CoVs emergentes en la última década, y lo que muy probablemente ha sucedido en el año 2019 en la ciudad de Wuhan, en el centro de China. La emergencia del SARS-CoV-2 se habría considerado un evento normal, porque era la segunda vez en pocos años (2002 y 2021) que en China emergían el SARS-CoV y el SARS-CoV-2, respectivamente. Además, en el año 2012 emergió un tercer CoV, el MERS-CoV, esta vez en Arabia Saudita, diez años después de que lo hiciese SARS-CoV en el sureste de China.

El origen de los dos primeros CoVs mortales para las personas, el SARS-CoV y el MERS-CoV, es conocido. Ambos tienen su antecesor común reciente en los murciélagos. Para el primero, las civetas han actuado como vector intermedio entre los murciélagos y el hombre, mientras que para el segundo han sido los camellos los principales transmisores del virus entre estas dos especies. Solo en contadas ocasiones el MERS-CoV se ha transmitido entre personas.

En contraste, el vector intermedio que probablemente ha hecho de puente entre los murciélagos y las personas para traernos el SARS-CoV-2, que emergió recientemente (2019), todavía no se ha identificado, lo cual representa un obstáculo para la eliminación de la fuente original del mismo, con el fin de evitar que su reemergencia se pueda repetir en cualquier momento. Lo mas probable es que este tercer coronavirus mortal para las personas tenga su origen en un mamífero intermedio. Sin embargo, se ha generado una importante polémica sobre si el virus tiene su origen en un mamífero que circule habitualmente de las proximidades de mercado de Huanan, o que se haya escapado por un accidente del Instituto de Virología de Wuhan, localizado al sur de esta ciudad.

Hoy no se puede excluir que esto último sea lo que ha ocurrido, aunque la mayor parte de los científicos pensamos que esta posibilidad es poco probable, como se resume en un importante trabajo científico, firmado por mas de dos docenas científicos reconocidos mundialmente (Holmes y col., 2021). Algunos de los argumentos aducidos en el trabajo que apareció recientemente en la revista Cell, que lleva como primer firmante al prestigioso Prof. Edward Holmes (Sídney, Australia), sugieren fuertemente que lo mas probable es que el virus tenga un origen natural, es decir, que provenga de un animal que se encuentra en la naturaleza.

Varios de los argumentos aducidos con este fin son: (i) de los siete coronavirus aislados que infectan a las personas, los seis identificados primero han llegado al hombre desde un mamífero inferior, por lo que es probable que el séptimo, también proceda de un mamífero; (ii) en cuevas localizadas en las proximidades de donde se encuentra el mercado húmedo de Huanan, en la ciudad de Wuhan, se han aislado cuatro coronavirus en muestras biológicas de murciélagos. Uno de estos aislados tiene una secuencia con una identidad del 95,6 % con el SARS-CoV-2. Sin embargo, a este virus denominado RaTG-13, con el que se trabajaba en el laboratorio de la Dra. Zhengly Shi, del Instituto de Virología de Wuhan, carece de una pequeña secuencia de 4 aminoácidos básicos, en la estructura de su proteína S, de la envuelta del virus. Sin embargo, esta secuencia sí que se encuentra en el virus humano SARS-CoV-2, y contiene un punto de corte por la proteasa furina. El que la proteína de las proyecciones del virus (proteína S) sufra el corte proteolítico en ese punto, ha ampliado dramáticamente el tropismo del SARS-CoV-2 para cualquier tejido del cuerpo humano, haciendo posible que este virus pueda infectar todos los órganos del mismo. La ausencia del dominio de cuatro aminoácidos, en el virus que se manejaba en el laboratorio de la Dra. Zhengly Shi, hace poco probable que el origen del SARS-CoV sea su laboratorio.

Por el contrario, es muy posible que el nuevo SARS-CoV-2 haya adquirido ese pequeño fragmento, que hace que su proteína S sea susceptible al corte por una proteasa, de otros virus que nos rodean, como CoVs de las vacas, de los de humanos, o de los que infectan los ratones, que son muy abundantes en nuestro entorno; (iii) la ciudad de Wuhan esta dividida por la mitad por el rio Yangtze, el tercer rio mas grande del mundo. En la parte norte de este rio se encuentra el mercado de Huanan, en cuyo entorno de detectaron los primeros casos de la pandemia causada por el SARS-CoV-2, mientras que el Instituto de Virología de Wuhan se encuentra al sur del rio, lo que no apoya que la pandemia se extendiese desde este laboratorio; y, (iv) así mismo, los científicos de este laboratorio han declarado que ninguno de sus trabajadores resultó infectado por este virus, un argumento a considerar, aunque no se pueda tomar como definitivo.

Probablemente, el SARS-CoV-2 tiene un origen zoonótico, y no procede del laboratorio liderado por Zhengli Shi, del Instituto de Virología de Wuhan, porque las primeras personas infectadas se detectaron en las proximidades del mercado de Huanan, localizado al norte del rio Yangtze. Lo que se necesita para aclarar el origen del SARS-CoV-2 son evidencias científicas y no meras suposiciones. Tampoco ayudarán a aclarar el origen del SARS-CoV, las disputas y acusaciones entre distintos países, persiguiendo rentabilidades políticas.

Solo la colaboración entre los científicos, incluyendo a los médicos que han participado en el seguimiento de la pandemia desde dentro y fuera de China, y la posibilidad de intercambiar o analizar conjuntamente muestras biológicas procedentes de pacientes que se cree fallecieron como consecuencia de una infección por el SARS-CoV, ayudarán a resolver el problema del origen del virus. En estos momentos no tenemos la respuesta científica definitiva que aclare el origen del SARS-CoV, y todos los especialistas en esto temas debemos de colaborar para determinar científicamente su origen, algo que hoy se nos escapa por la falta de evidencias científicas sólidas.

BIBLIOGRAFIA

Holmes, E.C., Goldstein, S.A., Rasmussen, A.L., y col., 2021. The origins of SARS-CoV-2: A critical review. Cell 184, 4848-4856.

Petersen, E., Koopmans, M., Go, U., y col., 2020. Comparing SARS-CoV-2 with SARS-CoV and influenza pandemics. Lancet Infect. Dis. 20, e238-e244.

Wu, F., Zhao, S., Yu, B., y col., 2020. Author Correction: A new coronavirus associated with human respiratory disease in China. Nature 580, E7.

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