El conocimiento sobre la muerte súbita cardiaca ha evolucionado de forma espectacular en las últimas décadas. La causa última de enfermedades como el síndrome del QT largo, el síndrome del QT corto, el síndrome de Brugada o las taquicardias catecolaminérgicas han sido descubiertas gracias al mayor conocimiento sobre la genética cardiaca. Pero la comprensión de otras enfermedades como la miocardiopatía hipertrófica, la miocardiopatía arritmogénica, la miocardiopatía dilatada o la cardiopatía isquémica, ha sido posible por los avances en la imagen cardiaca y su capacidad para mostrarnos las alteraciones estructurales. La prevención de la muerte súbita sin duda pasa por el diagnóstico precoz de todas estas enfermedades mediante valoración sistemática a la población y por la utilización de una red eficiente de desfibrilación pública universal.