Chang S et al. Nature. Noviembre de 2020.
Lograr el equilibrio entre la salud y la economía requiere nuevos modelos de acción. Un estudio de los movimientos de 100 millones de personas de 10 ciudades a través del móvil, analizando los movimientos reales, sitios visitados y tiempo de estancia, permite predecir los vecindarios que van a estar más afectados. Estos serán los barrios más desfavorecidos, pues:
1) Sus habitantes no pueden reducir mucho la movilidad (trabajo en el exterior, no teletrabajo, realizan trabajos esenciales, etc.).
2) Visitan y compran en tiendas más pequeñas. Se calcula un 59 % más de personas por m2 y un 17 % más de tiempo de estancia en ellas.
El estudio permite valorar:
1) Por dónde se transmite el virus.
2) Las disparidades socioeconómicas.
3) Cómo podrían ser las medidas de control.
– Los autores analizan el impacto de las reaperturas: movimientos/hora a distintos lugares (gimnasios, restaurantes etc.), lo ocupado que está cada punto y el tiempo que de estancia allí. Con ello predicen qué y cómo contribuye más a la infección.
– La reapertura no tiene por qué ser todo o nada. Con lo primero se incrementan las infecciones, con lo segundo se ve afectada la economía. Con la reapertura parcial se puede recuperar gran parte de la actividad económica. Una reducción al 20 % deja fuera un 80 % de nuevos contagios, pero las visitas sólo decaen un 60 %. Los clientes se redistribuyen de otra manera. Esto es importante para los más vulnerables, que estarán menos expuestos en locales pequeños.
– La reapertura total de restaurantes es muy negativa. Son los más peligrosos porque se está más tiempo en ellos y hay más densidad de visitas, más que en gimnasios y bares. Hay que evaluar el efecto de las reaperturas en zonas con población más desfavorecida, controlando esos factores en los lugares de concurrencia: éstos se pueden abrir pero reduciendo el tiempo de estancia (gimnasios, museos, conciertos, etc.).
– Entornos supercontagiadores. Hay personas supercontagiadoras y lugares supercontagiadores. La pandemia no avanza poco a poco y de forma uniforme, sino que avanza por brotes en lugares concretos (lugares super). Los sitios no se deberían abrir de forma uniforme, habría que considerar esos aspectos y hacerlo paulatinamente.
– Analizando los modelos de interacción en lugares (no residencias ni hogares) se puede predecir el número total de casos infectados y de casos infectados por lugares, y con ello identificar el tipo de actividades y localizaciones en las que la infección sucede o no sucede, y qué actividades se pueden continuar, modificar o controlar.
En resumen: realizar una intervención dirigida en lugar de una intervención general, con uso de datos masivos para ese control.
Puntos débiles de estudio: no se controlan asintomáticos, niños, mayores (etc.).
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