Long, Q., Tang, X., Shi, Q. et al.
Nat Med (2020).
Tras una evaluación exhaustiva de PCR antes del 10 de abril a 2088 contactos en el distrito de Wanzhou:
- se analizaron 37 pacientes asintomáticos (sin síntomas clínicos relevantes los 14 días anteriores al contacto ni durante la hospitalización), que habían sido confirmados como + SARS-CoV-2 mediante PCR y aislados en hospital 14 días según protocolo.
- Se compararon con 37 pacientes sintomáticos leves PCR + (escogidos entre los 178 con infección sintomática del grupo de 2.088 contactos).
- Se compararon también con 37 individuos control, con similar rango de sexo y edad, con resultados PCR negativos.
Resultados:
TC
El grupo de 37 asintomáticos:
- 11: alteraciones TC con infiltrado intersticial focal
- 10: alteración TC intersticial difusa leve
- 16: TC negativos.
Eliminación viral
El grupo asintomático tuvo una duración significativamente mayor de eliminación viral que el grupo sintomático (¿sesgo en recogida de muestras?):
Niveles serológicos:
3-4 semanas después de la exposición (fase aguda):
– Grupo asintomáticos: 62,2 IgM +; 81,1% IgG + (30/37)
– Grupo sintomáticos: 78,4% IgM +; 83,8% IgG + (31/37)
8 semanas después de ser dados de alta del hospital (fase de convalecencia temprana):
Ø en > 90% de los pacientes asintomáticos y sintomáticos disminuyeron los niveles de IgG e IgM
– Grupo asintomáticos: el 40% (12/30) negativizaron la IgG:
– Grupo sintomáticos. El 12,9% (4/31) negativizaron la IgG.
Citoquinas:
Los pacientes asintomáticos tuvieron una respuesta inflamatoria débil (< concentraciones de citoquinas/quimiocinas) respecto al grupo de pacientes sintomáticos.
Conclusiones:
La reducción en los niveles de IgG y de respuesta inmune en la fase de convalecencia temprana podría tener implicaciones para la estrategia de inmunidad y los estudios serológicos.
Los datos, aun siendo longitudinalmente cortos y con poblaciones reducidas para SARS-CoV-2, plantean la posibilidad de que la inmunidad frente a SARS-CoV-2 sea más corta que frente a SARS-CoV y MERS-CoV.
En este estudio, los niveles de inmunidad de una alta proporción de pacientes que se recuperaron de la infección comienzan a disminuir dentro de los 2-3 meses posteriores a la infección.
Estos datos, insistiendo en la discreta N del estudio, previenen del riesgo de utilizar los “pasaportes de inmunidad” y respaldan la necesidad de prolongar las intervenciones de salud pública, incluyendo el distanciamiento social, la higiene, el aislamiento de los grupos de alto riesgo y las pruebas generalizadas.
Artículo original: https://www.nature.com/articles/s41591-020-0965-6
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