La Asociación de Implantados Cocleares de la Comunidad Valenciana (AICCV) y la Fundación QUAES han firmado un acuerdo de colaboración. Las dos organizaciones se reunieron para rubricar el documento que viene a regularizar la relación que ya existe entre ellas. La AICCV tiene unas 350 familias asociadas y da servicio a sus asociados en la Comunitat desde hace trece años.
Al protocolario acto de la firma acudió la presidenta de la Asociación, Laia Zamora, y estuvo acompañada por Nuria Garcia, Trabajadora Social de la entidad. Laia Zamora explica a quién dan servicio desde su asociación: “La AICCV es una Asociación de personas sordas que llevan este aparato especial por el cual han tenido que pasar por quirófano para llevar este implante. Las personas susceptibles de llevar el implante han de tener una pérdida auditiva grave, severa o profunda en los dos oídos. Es recomendado cuando el audífono no es suficiente, en este caso es ver si eres candidato a recibir un implante coclear”.
Sobre la historia de la asociación explica la presidenta: “La asociación tiene cerca de 20 años de vida ya que se abrió con la Federación Española que está en Barcelona y poco a poco se fue expandiendo a otras comunidades. En Valencia estamos radicados desde 2005. Ahora damos servicio a unas 350 familias. Algunos tienen más de un implantado en la familia, pero estimamos que en la Comunitat Valenciana hay más de 1.000 implantados. Nosotros aceptamos a todo el mundo, aunque coexistimos con otra asociación que está más centrada en los más pequeños”.
Los tres objetivos principales que se marca la AICCV son: “Dar asesoramiento a los sordos, intentar que haya más accesibilidad en actos públicos y en la relación de los socios con la sociedad en general y, tercero, hablar a la gente oyente para que cuide su audición porque los malos hábitos les pueden traer muchos problemas. A las personas que oyen bien les recomendamos que cuiden su audición y que vigilen el volumen de la música que escuchan porque pueden acabar viniendo a estar con nosotros”.
Laia habla de las necesidades y problemas que tienen los implantados y sus familias: “La necesidad más importante a escala médica es que se les ponga el implante a todo el que lo necesita. La operación está cubierta por la Seguridad Social, pero el mantenimiento y renovación del aparato externo, el procesador, va a cargo del bolsillo del usuario, aunque hay una ley que dice que lo debería pagar el gobierno, pero la mayoría de las veces esto no ocurre. Un implante puede durar más de 30 años. Los que llevan ya 30 años se están cambiando porque son más modernos los actuales. La parte externa es bastante cara va de 6.000 a 9.000 euros. Y la mayoría de las veces la tenemos que pagar nosotros”.
La actividad de la Asociación se centra mucho en dar servicio social a sus asociados. Para ellos es un problema tener accesibilidad a los actos públicos por sus problemas de audición. Así que desde la AICCV se desviven por dar cobertura a sus afiliados: “A escala social lo que más necesitan nuestros asociados es accesibilidad a la comunicación en los actos públicos. Tenemos que darles la oportunidad de que sean accesibles, que la televisión también lo sea”. Porque algunas veces llevar un implante coclear no es sinónimo de escuchar: “Una vez lo llevas escuchas dependiendo del resultado que te dé. A algunos les funciona muy bien y a otros les cuesta más poder escuchar. Para algunos el implante es un apoyo para poder leer los labios, para otros, les permite hablar por teléfono o poder seguir tocando el instrumento de música que tocabas antes de quedarte sordo. Actualmente y afortunadamente en estos tiempos casi siempre tras un implante las personas escuchan. Tanto es así que a los niños que se implantan van a escuela ordinaria y los resultados académicos no difieren mucho de los niños oyentes”.
Los casos de éxito auditivo tras un implante coclear son muy altos, aunque aún existen ciertas situaciones en las que el implante no ayuda: “Casi todas las sorderas profundas y severas sí que pueden salvarse con la operación. Pero hay casos extremos en los que si no existe la cóclea o el nervio auditivo pues no se puede hacer, pero afortunadamente estos casos son bajos”.
Finalmente, sobre el acuerdo que han firmado con la Fundación QUAES, Laia afirma: “Esperamos que esta firma con QUAES nos permita hacer más actividades en sus recintos y, quizá en un futuro, ver si podemos hacer algo en investigación genética porque hay varios genes identificados con la sordera y si pudiéramos investigar algo más en este campo sería genial”. Y también desde AICCV se abre una puerta a QUAES a que haga todos sus actos y eventos más accesibles: “Nosotros ofrecemos a la Fundación la posibilidad de hacer sus actos accesibles con personas de nuestro ámbito haciendo subtitulación en directo”.
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