¿Qué puede suponer para la OMS la retirada de EE.UU.?

3 febrero, 2025

Esta noticia tiene una doble interpretación sobre las consecuencias, expuestas en dos trabajos de Consalud y El País, respectivamente:

 

Artículo: “Trump ordena sacar a EE.UU. de la OMS por su «mal manejo» durante la pandemia de Covid-19” de Javier Leunda, publicado en ConSalud el 21-01-2025: https://www.consalud.es/politica/donald-trump-saca-eeuu-oms-por-su-mal-manejo-durante-pandemia-covid-19_153646_102.html

El nuevo mandato de Donald Trump promete dar mucho que hablar durante los próximos años, también a nivel sanitario. Apenas unas horas después de ser investido presidente de EE.UU., una de sus primeras órdenes ejecutivas ha disparado directamente contra la Organización Mundial de la Salud (OMS), sacando de un plumazo a su país de la misma. Una intención que nunca había ocultado, pero que finalmente no pudo llevar a cabo durante su anterior mandato. Entre las razones de su salida: la mala gestión de pandemias, los excesivos pagos demandados o la politización de esta institución.

Desde el punto de vista de la OMS, la marcha de Estados Unidos implica la pérdida de su mayor donante y socio global a la hora de impulsar sus estrategias de salud. La organización reconocía el pasado mes de diciembre que el país norteamericano era “un defensor de la seguridad sanitaria mundial”, jugando un papel clave en cuestiones como la erradicación de la polio, la asistencia humanitaria, el fortalecimiento de la respuesta mundial frente a riesgos emergentes o la propia transformación eficiente de la OMS.

En el caso de la OMS, lo cierto es que EE.UU. es su mayor financiador. Sólo en el bienio 2022-2023 el país contribuyó con 1.284 millones de dólares a esta institución. Una inversión multimillonaria –hasta el 30% de su presupuesto– que, a buen seguro, la OMS echará de menos en los próximos tiempos.

No en vano, en el decreto firmado esta madrugada, la Casa Blanca alegaba que la OMS continúa exigiendo «pagos injustamente onerosos» de los Estados Unidos, muy desproporcionados con respecto a los pagos evaluados de otros países. Concretamente, se refirió a China, país que con una población de 1.400 millones de habitantes, tiene el 300 por ciento de la población de los Estados Unidos, contribuye casi un 90 por ciento menos a esta organización.

El perjuicio económico para la OMS perjudicará negativamente a la estrategia global frente a la preparación contra nuevas pandemias, menos vigilancia epidemiológica y mayores dificultades de cooperación internacional en materia de salud.

De la misma manera, Estados Unidos estaba siendo un colaborador clave para detener emergencias como el brote de mpox (viruela del mono) en la República Democrática del Congo (RDC) y los países vecinos, apoyando la distribución de vacunas y el desarrollo de capacidades en seis países africanos. En esta línea, el apoyo de Estados Unidos a la OMS y a los CDC de África para la labor regulatoria encaminada a la distribución de vacunas ha sido fundamental para abordar el brote de mpox.

Además, Estados Unidos se asoció con Ruanda y la OMS para abordar el brote de la enfermedad del virus de Marburgo en 2024 mediante una mejor vigilancia, rastreo de contactos y comunicación de salud pública. Estos esfuerzos reflejan una firme dedicación a enfrentar las crisis sanitarias de manera colaborativa y eficaz. El liderazgo de los Estados Unidos ha sido fundamental también para proteger a las poblaciones vulnerables (como en África durante la lucha contra enfermedades mortales como el ébola) y para garantizar que los sistemas de salud se mantengan fuertes y receptivos durante las crisis.

De la misma manera, Estados Unidos y la OMS se encontraban impulsando mejoras en la salud mundial a través del Plan de acción mundial para acelerar la atención primaria de salud, que se centra en el fortalecimiento de los sistemas de salud y la promoción de la cobertura sanitaria universal; o en la lucha contra el VIH a nivel mundial, promoviendo la consecución de los objetivos  de poner fin al VIH como amenaza para la salud pública en 2030, entre otras muchas iniciativas que ahora quedan en el aire.

 

Artículo: “La salida de EE UU de la OMS es un golpe a la arquitectura internacional de la salud global” de Pedro L. Alonso, publicado en El País el 29-01-2025: https://elpais.com/opinion/2025-01-29/la-salida-de-ee-uu-de-la-oms-es-un-golpe-a-la-arquitectura-internacional-de-la-salud-global.html

Para Pedro L. Alonso, Catedrático de Salud Global en la Universidad de Barcelona y ex director del programa mundial contra la malaria de la OMS (El País, 29 Enero 2025), la salida de EEUU refleja una tensión interna, en la que amplios sectores en EE UU —sin necesariamente cuestionar la bondad de la financiación de la cooperación sanitaria internacional, o incluso apoyándola firmemente— se sienten incómodos con la idea de operar dentro de un sistema multilateral donde todos los países tienen un voto, independientemente de su nivel de contribución (véase China). Prefieren estar en el asiento del conductor y solo si estrictamente necesario, acompañados por otros que piensan igual.

Además, desde finales del siglo pasado, han surgido nuevos instrumentos técnicos y financieros para la salud global fuera del marco de la OMS, en los que la gobernanza y la toma de decisiones están fuertemente influenciadas por los países contribuyentes y la magnitud de su aportación. Un ejemplo de ello es la creación de ONUsida en 1996, un nuevo organismo independiente de la OMS para coordinar la lucha contra el sida, cuya estructura de gobernanza sigue este modelo. De manera similar, la creación a principios de este siglo de otras instituciones con presupuestos multibillonarios como GAVI, la Alianza para las Vacunas, o el fondo global de lucha contra el sida, la tuberculosis y la malaria sigue la misma tendencia. En estos fondos, EE UU es el principal contribuyente, pero se encuentra más cómodo al poder ejercer un liderazgo proporcional a su contribución financiera. En resumen, la orden del presidente Trump acelera y precipita un proceso que ha estado gestándose durante décadas, independientemente del color político de la administración norteamericana.

En el caso de que se materializara la indeseable salida de EE UU de la OMS, los análisis publicados suelen poner el foco en la pérdida de recursos económicos que conllevaría, pero éste no es el principal problema. EE UU aporta aproximadamente 600 millones de dólares anuales, que corresponden al 15% del presupuesto global, alternándose en el primer lugar como principal contribuyente con Alemania, seguido de cerca por la Fundación Gates. Aun siendo sustancial el daño económico, no sería un perjuicio insuperable, ya que otros donantes podrían cubrir parte de la brecha, junto a una reducción del presupuesto asociada a una mejora de la eficiencia derivada de una reforma atrevida, profunda e inteligente.

Demasiados comentarios publicados caen en la retórica fácil de señalar el dedo y culpabilizar a EE UU de los futuros desastres sin reconocer que ha sido en Europa precisamente donde los presupuestos de cooperación en salud de muchos de los grandes países o de la Comisión Europea comenzaron a disminuir de forma muy significativa hace ya algún tiempo o de que el esfuerzo científico europeo en esta materia ha estado muy por debajo de nuestras capacidades y obligaciones.

Lo que difícilmente se podría evitar y, por lo tanto, constituiría el daño principal para la organización sería la pérdida de credibilidad y capacidad técnica, de intercambio de información y de colaboración científica, Todo esto asumiendo que no hubiera un efecto arrastre y otros países siguieran el ejemplo de EE UU desvinculándose también, dejando a la organización fracturada y potencialmente herida de muerte. Pero que nadie se equivoque. La OMS se verá dañada, pero también lo será EE UU, que perderá el liderazgo de la salud global que ha ejercido los últimos 70 años. Estará más aislado, menos seguro y con menor capacidad de prevenir y gestionar futuras emergencias sanitarias.

Fotos: iStock

¿Qué puede suponer para la OMS la retirada de EE.UU.? - Fundación Quaes