www.madrimasd.org/notiweb/noticias/4 Enero 2024
Varios estudios publicados en «Nature» presentan nuevos datos sobre la historia genómica de poblaciones euroasiáticas desde el Neolítico y el Mesolítico. Mediante análisis genéticos de huesos y dientes, los autores han rastreado el origen de enfermedades autoinmunes en cerca de 5.000 individuos, alguno con una antigüedad de 34.000 años.
Los resultados de cuatro artículos de investigación, publicados en el mismo número de Nature (Enero 2024), aportan nuevos conocimientos biológicos sobre dolencias como la esclerosis múltiple (EM), el alzhéimer y la diabetes.
Mediante el análisis de los huesos y dientes de casi 5.000 humanos antiguos, conservados en colecciones de museos de Europa y Asia Occidental, los investigadores han generado perfiles de ADN que abarcan desde el Mesolítico y el Neolítico hasta la Edad Media, pasando por la Edad de Bronce, la Edad de Hierro y el periodo vikingo. El genoma más antiguo del conjunto de datos procede de un individuo que vivió hace aproximadamente 34.000 años.
Los autores compararon los datos de ADN antiguo con el ADN moderno de 400.000 personas residentes en Reino Unido, conservados en el Biobanco de Reino Unido.
El norte de Europa tiene la mayor prevalencia de esclerosis múltiple del mundo. Uno de los estudios ha descubierto que los genes que aumentan significativamente el riesgo de que una persona desarrolle esta enfermedad fueron introducidos en el noroeste de Europa hace unos 5.000 años por pastores de ovejas y ganado que emigraban desde el este. Descubrieron que las variantes genéticas asociadas al riesgo de desarrollar esta esclerosis ‘viajaron’ con los Yamnaya, pastores de ganado que emigraron por la estepa póntica (una región que abarca partes de lo que hoy es Ucrania, el suroeste de Rusia y la región occidental de Kazajstán), hacia el noroeste de Europa.
Martin Sikora, coautor del trabajo e investigador del Globe Institute de la Universidad de Copenhague, detalla a SINC que “durante la Edad de Bronce, estos pastores esteparios habrían estado expuestos a una elevada carga de patógenos y al riesgo de contraer enfermedades infecciosas, debido a su estrecho contacto con el ganado. En ese tipo de entorno, tener un sistema inmunitario sensible y activo con una fuerte respuesta inflamatoria supondría una mejor protección frente a las infecciones y, por tanto, mejoraría la supervivencia en general”.
Según Sikora, las variantes genéticas que hoy causan la esclerosis múltiple también están asociadas a la modulación de la respuesta inmunitaria a la infección por patógenos. Lo que antes era beneficioso para la supervivencia tiene hoy el efecto secundario perjudicial de contribuir a enfermedades autoinmunes como la Esclerosis Múltiple”.
“Para los yamnayas debió de suponer una clara ventaja ser portadores de los genes de riesgo de esclerosis múltiple incluso después de llegar a Europa, a pesar de que estos genes aumentaban innegablemente su riesgo de desarrollar esta enfermedad”, señala Eske Willerslev.
Willerslev resalta que “estos resultados cambian nuestra visión de las causas de la esclerosis múltiple y tienen implicaciones para su tratamiento».
Los hallazgos del estudio explican además el ‘gradiente norte-sur’, según el cual el número de casos actuales de esta enfermedad neurodegenerativa es aproximadamente el doble en el norte de Europa que en el sur, algo que durante mucho tiempo ha sido un misterio para los investigadores.
Desde un punto de vista genético, se cree que el pueblo Yamnaya es el antepasado de los actuales habitantes de gran parte del noroeste de Europa. Su influencia genética en la población actual del sur de Europa es mucho menor.
Estudios anteriores han identificado 233 variantes genéticas que aumentan el riesgo de desarrollar esclerosis múltiple. Estas variantes, en las que también influyen factores ambientales y de estilo de vida, aumentan el riesgo de enfermedad en torno a un 30 %. La nueva investigación ha descubierto que ese perfil de riesgo genético actual de esclerosis múltiple también se estaba presente en huesos y dientes de miles de años de antigüedad “como respuesta protectora ante patógenos del ganado”
“Estos resultados nos han sorprendido a todos. Suponen un enorme salto adelante en nuestra comprensión de la evolución de esta y otras dolencias autoinmunes. Mostrar cómo los estilos de vida de nuestros antepasados influyeron en el riesgo moderno de padecer enfermedades pone de manifiesto hasta qué punto somos los receptores de sistemas inmunitarios ancestrales en un mundo moderno”, afirma William Barrie, investigador de la Universidad de Cambridge y coautor del trabajo.
Por su parte, Lars Fugger, coautor del estudio sobre la EM y médico consultor del Hospital John Radcliffe de la Universidad de Oxford, señala que “ahora podemos entender y tratar este tipo de esclerosis como lo que realmente es: el resultado de una adaptación genética a determinadas condiciones ambientales que se dieron en nuestra prehistoria”.