La vacunación de gripe se asocia a un menor riesgo de Alzheimer

Bukhbinder et al. Risk of Alzheimer’s Disease Following Influenza Vaccination: A Claims-Based Cohort Study Using Propensity Score Matching. J. Alz. Dis, 12 de junio.

Estudios previos han indicado que la vacuna contra la gripe produce una disminución del riesgo de demencia de cualquier causa en grupos seleccionados de población como los veteranos o los sujetos con enfermedades crónicas graves.Ahora se compara la incidencia de la enfermedad de Alzheimer en sujetos con y sin vacunas contra la gripe en una base de datos grande en los EE.UU. El estudio ha durado 10 años, desde el 1-9-2009 al 31-8-2019. Los 6 primeros años se usan para seleccionar la población libre de demencia y mayor de 65 años. Utilizando el emparejamiento según la puntuación del riesgo se crean dos cohortes, una de sujetos vacunados y otra de sujetos no vacunados contra la gripe. Estas cohortes son comparables en relación a sus datos demográficos, uso de medicamentos y comorbilidades.Se estimaron el riesgo relativo y la reducción del riesgo absoluto para analizar el impacto de la vacunación contra la gripe en el riesgo de enfermedad de Alzheimer durante los 4 años siguientes de seguimiento.

De la muestra de pacientes seleccionados (n = 2,356,479), el emparejamiento según factores de riesgo obtuvo una muestra de 935,887 vacunados/no vacunados pares. Esta muestra tenía 73.7 (SD, 8.7) años, el 56.9% eran mujeres, y el tiempo medio de seguimiento fue de 46 (IQR, 29–48) meses. Desarrollaron enfermedad de Alzheimer el 5.1% (n = 47,889) de los vacunados y el 8.5% (n = 79,630) de los no vacunados durante los 4 años de seguimiento. El riesgo relativo fue de 0.60 (95% CI, 0.59–0.61) y la disminución del riesgo absoluto 0.034 (95% CI, 0.033–0.035). El número de sujetos necesarios para conseguir disminuir un caso fue de 29.4.

Los autores reconocen que ignoran los mecanismos a través de los cuales se produce ese efecto pero especulan sobre diversas posibilidades. La primera posibilidad es que a pesar del emparejamiento las dos cohortes difieran en algún elemento asociado a la frecuencia de la vacunación que proteja contra la enfermedad de Alzheimer. Por ejemplo, cabe pensar que los sujetos que se vacunaron tuvieran controles médicos más exhaustivos, mejor control de la tensión arterial, hicieran más ejercicio físico, consumieran más una dieta mediterránea o hubieran ido con mayor frecuencia a la universidad, factores todos ellos asociados a una disminución del riesgo de enfermedad de Alzheimer, que los no vacunados.

Otra posibilidad, no apoyada en datos, es que la vacunación tenga algún efecto beneficioso sobre el procesamiento de las proteínas involucradas en la patogénesis de la enfermedad de Alzheimer o que la vacuna proteja contra un efecto de la propia enfermedad de la gripe sobre estas proteínas.Por último, los autores sugieren que otro posible mecanismo de protección podría estar relacionado con los efectos inflamatorios de la gripe, tanto los mediados por citoquinas como por linfocitos. En apoyo de esta idea citan una larga lista de virus que producen demencias de varios tipos.